Estamos empezando un nuevo año, y te apuesto doble contra sencillo a que cuando sonaron las 12 campanadas que marcaban la entrada del año 2024 te pusiste esos dichosos propósitos que, para estas alturas del partido, ya quedaron en el olvido.
¿Por qué nos pasa esto? Muy simple:
1) Porque son los mismos de siempre: hacer ejercicio, bajar de peso, dejar de fumar. Son simples intenciones que no tienen ni siquiera una estructura correcta.
2) Porque son lo que quieren de mi, pero no son lo que YO QUIERO DE MI. ¿de verdad quiero bajar de peso? ¿O es porque mi mamá me está duro y dale “ya ponte a dieta”?
3) ¡Son super ambiguos! Y no me dan la claridad que requiero para llevarlos a cabo. Y la ambigüedad nos mantiene en la zona de confort. ¿Has escuchado hablar de la zona de confort? Esa zona calientita y cómoda pero que no te permite crecer y llegar al siguiente nivel.
Una de las cosas que más te impulsan a salir de tu zona de confort, es sin duda, el hecho de tener una meta. ¡¡¡Pero una meta real!!! Porque luego les pregunto a mis coachees: “cuál es tu meta en la vida?” y me responden “ser feliz…” y se quedan mirando al horizonte con ojos de borrego a medio morir… pero si me dan esta respuesta tan ambigua, yo les pregunto “y como te darás cuenta que ya llegaste a tu meta?”, obviamente ahí es donde no saben cómo responder… este ejercicio lo hago, no por afán jodón, más bien para que se den cuenta de la diferencia entre un sueño y una meta… ¿sabes cuál es? UNA FECHA. ¿Quieres realmente lograr un objetivo? ¡¡¡Ponle fecha!!! ¡Una fecha es como un cohete que te prenden y que te lanza al infinito!
Muchas personas no utilizan esta herramienta maravillosa que es el establecimiento de metas, por cuatro razones:
1) porque no las consideran importantes: si tu creciste en un ambiente donde las metas no importan, obviamente no les vas a dar importancia, y vas a vivir sin ellas…
2) porque no saben cómo hacerlo: como te decía, la gran mayoría de la gente piensa que “ser feliz” o “llegar a ser millonario” es una meta, y una meta es algo tan poderoso, que te puede, literal, cambiar la vida, así que es menester aprender a hacerla correctamente.
3) tememos al fracaso: ¿que tal si no lo logro? Así que mejor no hago metas; y
4) tememos al rechazo: muchos emprendedores me van a comprender: esas voces que escuchamos, que desgraciadamente son las más cercanas a nosotros, tipo mama, papa, hermanos, amigos, pareja, etc., que nos pueden decir: Estas loco, eso no se puede, tú y tus sueños guajiros, mejor ya consíguete un trabajo de verdad. Y ¿sabes? Muchas veces esas voces salen victoriosas.
Si realmente quieres lograr tus metas, a pesar de tus voces circundantes, rodéate de personas que ya hayan logrado lo que tú quieres, rodéate de personas que ya son como tú quieres llegar a ser, serán tu red de apoyo, te darán tips, estrategias, y sobre todo, te darán la energía para poder seguir adelante. ¿Una estrategia maravillosa que te va a permitir generar una meta de alto impacto y lograrla de manera mucho más efectiva y en mucho menos tiempo? Sin duda, tener un coach. Te va a ahorrar AÑOS de ensayo-error. ¿Quieres saber cómo un coach te puede ayudar? Solicita una sesión de diagnóstico totalmente gratuita. Simplemente da click aqui y elige el espacio que más se acomode a tus tiempos.
Te deseo que este año que inicia traiga menos propósitos y más metas cumplidas. ¡Feliz año 2024!