HABLA MENOS, COMUNICA MÁS. EL ARTE DE ESCUCHAR

El tema de hoy es algo que me apasiona y que la gran mayoría de nosotros no sabemos cómo utilizar a nuestro favor, que es el arte de escuchar. Dice el proverbio chino que tenemos dos orejas y solo una boca para escuchar el doble de lo que hablamos. Pero, seamos honestos, la gran mayoría de las veces hablamos para que se nos haga caso, se nos obedezca sin replicar, y no nos damos el tiempo de escuchar lo que la otra persona tiene que decir.

Yo doy clases en una universidad a futuros psicólogos. Psicólogos. Personas a las que se les pagará por escuchar. Y no saben escuchar. El escuchar se da por sentado porque es algo natural en los que tenemos el sentido del oído. Pero no lo desarrollamos. Es más, capaz que ni sabías que se podía desarrollar. Pero un líder que no escucha es un líder que lucha solo. Así que, después de terminar de leer este artículo, pon manos a la obra y empieza a realmente, escuchar.

Pongamos una situación como ejemplo: llega el subordinado y te dice que no le es factible llevar a cabo un encargo que le solicitaste, e inmediatamente brincas y le dices que cómo es posible, que no puede ser, que eso es de lo más fácil… y no lo dejas ni chistar y le dices “¡vas y lo haces!”. Con honestidad, ¿estás generando un clima de confianza con tu personal?  ¡Claro que no! ¿Y sabes qué genera la falta de confianza? Pues que cuando haya otra situación, simplemente no te digan porque ya saben qué vas a responder y mejor se ahorran el mal rato. ¿De qué manera puedes mejorar la comunicación con tu gente? ¡Escuchando!

En vez de juzgar y regañar, o en vez de dar tú mismo la solución a los problemas, escucha al otro, qué tiene que decirte, cuáles son sus razones, y suavemente puedes irlo empujando a que vaya tomando sus propias decisiones y vaya encontrando sus propias alternativas. En el mismo ejemplo que di anteriormente, el subordinado te dice que no le es factible hacer algo que le solicitaste, le puedes preguntar “¿qué es lo que te impide hacerlo?” y escuchas sus razones, sin juzgar, sin enojarte (me queda claro que no es sencillo, pero sí se puede), sin etiquetar a la persona. Esto va a generar un clima de confianza con tu equipo, además que empezarás a empoderarlos para que vayan tomando sus propias decisiones, por ejemplo, si le preguntas algo así como “¿qué podrías intentar, que no hayas intentado y que te dé el resultado que buscas?”.

Algo muy importante aquí es que no caigas en la tentación de solucionar todo, porque si lo haces, entonces tus colaboradores te tomarán la medida y empezarán a delegar hacia arriba, y este es un problema que padecen la gran mayoría de los líderes con los que he trabajado (en otro artículo hablaré más a fondo de este tema).

No vayas a pensar que esto que te comparto aquí genera resultados en automático, que con una sola vez que les preguntes, surgirá la magia. Sería lo más lindo que sucediera, pero no todas las veces es así, sobre todo porque no siempre has sido un gran “escuchador”, y evidentemente, las primeras veces que lo hagas, tu gente se va a descontrolar, pues están acostumbrados a que les soluciones la vida, están acostumbrados a que te enojes y vociferes, están acostumbrados a que respondas distinto. Pero no te preocupes, nosotros los seres humanos somos muy adaptables, así que a tu nuevo estilo de liderazgo también se pueden adaptar.

¿Cómo puedes escuchar más efectivamente?

De entrada, déjame decirte que escuchar conscientemente es una tarea de esfuerzo y voluntad. Se logra acallando principalmente nuestro dialogo interior, ya que esta vocecita interna es la que nos impide estar conectados en el aquí y en el ahora. A veces, lo que la otra persona necesita, ¡es únicamente que la escuches! Así que vamos a ver cómo poder escuchar de manera más efectiva, y para eso hay que conocer los diferentes niveles de escucha

  1. Oír. Este es el nivel más bajo y es en donde estamos todos los que gozamos del sentido del oído. Aquí registras las ondas sonoras, puedes estar haciendo otras cosas a la vez que oyes (por ejemplo, el perro que ladra afuera, la impresora en tu oficina, el claxon del coche, la música ambiental, etc.), y si eres de los que está escribiendo en su computadora o en su smartphone y le dices al otro “si dime, te escucho”, lamento informarte que estás situado en este nivel, el más bajo de todos (¡ni escuchas!)
  2. Escuchar al otro con una pregunta en mente: “¿qué significa esto para mí?” Escuchas a partir de TU experiencia, no la del otro. Se utiliza la experiencia del otro para vincularla a la propia y activar recuerdos personales. Si alguien viene y te dice “oye, tengo este problema”, tú le contestas algo como: “si, yo también tengo un problema similar, fíjate que a mí me pasa que….” ¡¡¡Y te sueltas hablando de tu problema!!! El otro que venía a compartirte su situación, terminó escuchándote a ti y sigue con su problema… honestamente, ¿eso es escuchar? ¡Obvio no!
  3. Escuchar para… Este nivel te sirve para encontrar algo en lo que dice el otro. Puedes tener alguna idea y seleccionar lo que necesitas de lo que el otro dice. Se hacen juicios y hay diálogo interno. Puede alguien externarte algo y tu escuchas, pero en algún punto empieza tu mente a preguntarse “¿cómo le ayudo a solucionar esto? ¡Ah! ¡Ya sé! Le voy a decir que haga tal y tal y tal cosa…” y en ese momento dejaste de escuchar, es un buen nivel de escucha, pero todavía hay deficiencias.
  4. Escuchar conscientemente. Escucha profunda, con un mínimo de juicio y de diálogo interno. Nivel en que la intuición funciona mejor. Aquí ni das tu comentario, ni tu opinión, no dices nada, solamente estás escuchando, 100% escuchando. Sin interrupciones, sin rememorar cosas tuyas, sin querer solucionar vidas, sin criticar al otro. Simplemente escuchas.

¿Cómo llegar al nivel 4 de escucha? No te voy a decir que es facilísimo, que a la primera lo vas a lograr, puesto que llevas toda una vida con una escucha deficiente, pero si te comprometes contigo mismo, si practicas y sobre todo, si te tienes mucha paciencia, lo podrás lograr. Aquí te dejo algunas sugerencias para trabajar tu escucha activa

Relájate, con respiraciones profundas, poniéndote en posición cómoda. Simplemente pon atención a tu respiración, con un minuto de esta actividad aprenderás a conectarte mejor.

No utilices una mirada fija, utiliza todo tu campo visual para suavizar tu enfoque, estar pendiente de este campo te ayuda a no escuchar tu voz interior

Medita periódicamente como parte de tu vida. En youtube puedes encontrar muchas meditaciones guiadas que te van a ayudar a mejorar tu calidad de escucha, y por ende la confianza que los otros te tengan (llámese colaboradores, hijos o incluso tu pareja)

A través de un proceso de coaching, puedes identificar tu estilo de escucha, y poder generar estrategias para mejorar tu comunicación. Si ves que tus colaboradores ni se acercan a ti porque “¿como pa’qué si ya sé qué me va a contestar?” entonces es el mejor momento para trabajar en desarrollar tu liderazgo. Agenda una sesión totalmente gratuita, simplemente da click aqui y ¡charlemos!

Adriana Alanis es coach, formadora, entrenadora y mentora de empresarios, gerentes recién ascendidos y mandos medios con más de 15 años de experiencia. Creadora de la Metodología 3L: Liderazgo de tu Vida, Liderazgo de tu Equipo y Liderazgo de tu Productividad. Autora de los libros DE JEFE A LIDER COACH y LOS TRES LIDERAZGOS DEL GERENTE EXTRAORDINARIO, creadora de la Agenda del Líder Disruptivo y del programa MUJER LIBRE Y GRAN-DIOSA. Profesora universitaria con más de 20 años de servicio y vicepresidenta COPARMEX Hidalgo, Premio Nacional a la Mujer 2020 y Galardón Forjadores de México 2021. www.adrianaalanis.com

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