Cierto día me fui a tomar una cervecita con la autora de mis días (sip, ¡me rapté a mi mami!) y en la plática me compartía que hace tiempo una de sus colaboradoras en el área administrativa solicitó su cambio de adscripción por temas de cambio de residencia, y entonces le había quedado un espacio pendiente por cubrir. Y me dijo que había llamado a una chica que se venía desempeñando en el puesto de intendencia. Me contó que cuando le hizo la invitación, esta chica le dijo que ella no sabía cómo hacer el trabajo, a lo que mi mamá le contestó “todos entramos sin saber hacer el trabajo, todos pasamos por un periodo de aprendizaje… tu también lo pasarás”. Y cuando la chica le preguntó “porqué yo, contadora?”, mi mamá le respondió “porque sé que puedes, porque confío en ti”.
Me imagino la escena, con esta chica, la emoción al saber que tendría una promoción, que ya estaría en otro nivel y haciendo otras actividades, su incredulidad e incluso inseguridad, ¿no? Imagino su diálogo interno: “¿de verdad daré el ancho? ¿Podré con el trabajo?”, y luego el saber que es digna de confianza, que alguien confía en su capacidad, que alguien apostó por ella… ¿sabes que está pasando con ella actualmente? ¡Pues que está dejando el alma en el trabajo! Su grado de compromiso y responsabilidad ha incrementado considerablemente y ahora es una colaboradora ¡extraordinaria!
¿Qué fue lo que pasó? Se sintió tomada en cuenta, se sintió respaldada, y eso hizo que se comprometiera y que decidiera no fallar a eso que ella no sabía que era, pero que otra persona sí vio. Se autodescubrió, le gustó lo que descubrió y decidió HONRAR a esa nueva persona que acababa de nacer en ella.
Ese es el poder de confiar en alguien. Ese es el poder que se ejerce cuando eliges dar a otro un respaldo de confianza y ayudarlo a descubrir en sí mismo eso que ya está ahí pero que aún no ha sido descubierto y sacado a la superficie. Tu como jefe tienes un poder INCONMESURABLE en tus manos, tu tienes la capacidad de hacer que una intendente se vuelva una excelente asistente administrativo, o puedes reducir a un increíble ejecutivo de ventas a un mediocre, o incluso a veces puedes lograr que tus mejores elementos se vayan a buscar otras opciones laborales.
¿Cómo puedes utilizar este poder? Confiando. Muchos de mis coacheés me han contado que no sueltan actividades por no confiar en su gente, “es que Adriana, ¿y si le sale mal?”, y yo siempre les contesto: “existe la posibilidad, pero… ¿y si le sale bien?”. ¿Cómo puedes asegurar que a tu gente le salga bien lo que tiene que hacer? ¡Capacitando! Dos palabras clave en esta semana: CAPACITA y CONFIA. ¡Generarás un equipo imparable!
A través de todas las herramientas que comparto durante mis procesos de coaching, he tenido la oportunidad de ayudar a empresarios de diferentes giros y tamaños a que aprendan a hacer esto que te comparto el día de hoy. Han logrado delegar, generar responsabilidad y compromiso en su equipo de trabajo, tener una mejor comunicación, un mejor clima laboral y disminuir su rotación de personal, han aprendido a tener un equilibrio personal y laboral lo que redunda en una mejor calidad de vida y una mayor satisfacción con su trabajo, su familia y con ellos mismos. Y lo mejor es que ¡¡¡esto también puede ser para ti!!! ¿Quieres saber cómo? ¡Muy sencillo! Da CLICK AQUÍ y platicamos. ¡Éxito!