He aquí la escena que se repite el 99.99% de las veces en las organizaciones, no solamente mexicanas o latinas, este fenómeno se da a nivel mundial:
1) En tu empresa no hay gerente de (insértele aquí el departamento que quieras, yo ocuparé el ejemplo del departamento de ventas).
2) ¿A quién eligen? ¡Claro! Al ejecutivo que más ventas tenga, al que tiene mejor cartera, al que tiene mayor índice de conversión, porque pues es el mejor en ventas, ¿no?
3) Peeeero olvidan un pequeñísimo e insignificante detalle: el hecho de que sea buenísimo en ventas, no necesariamente significa que tenga las herramientas para replicar sus éxitos en su equipo de ejecutivos y vendedores. (y esto se da, literal, en cualquier departamento).
La gran mayoría de las organizaciones hacen esto. Elegir al mejor operativo para convertirlo en jefe o gerente, pero se olvidan que, casi siempre hay un gap entre lo que está haciendo en este momento como operativo y las nuevas funciones que tiene que cumplir ya siendo gerente, jefe o supervisor.
En mi newsletter de Linkedin escribía alguna vez acerca de la DECISIÓN de ser un líder. Y hablábamos de quienes, desde que nacían, ya traían un camino marcado para ser líderes (ejemplo, la reina de Inglaterra o los hijos de Carlos Slim) o de aquellos que ponían un negocio y que les ha ido tan espectacularmente bien que crecieron y no les quedó de otra que ser líderes (da click aquí para leerlo).
Pero ¿qué pasa con todos aquellos que anhelan un crecimiento y están buscando la meta de convertirse en gerente en la empresa de sus sueños? O ¿qué pasa con los que, de una u otra manera, ya fueron ascendidos a un puesto gerencial, con únicamente sus excelentes habilidades operativas, pero cero habilidades de gestión?
Desgraciadamente el mal clima laboral, la alta rotación de personal, la baja productividad, la fuga de dinero y recursos por errores de comunicación, la falta de compromiso de un equipo de trabajo, un alto índice de estrés por trabajar siempre al borde de los plazos, la incapacidad de soltar la operación (y por ende, de delegar) tiene su origen, la inmensa mayoría de las veces, en un mal liderazgo. Pero soy una convencida de que ningún jefe o gerente se levanta por las mañanas pensando “¿cómo le hago para joderle la vida a mis colaboradores el día de hoy?”. No. Nadie. Ninguno (aunque algunos se esfuercen en demostrar lo contrario). Sin embargo, con todo y sus mejores intenciones, no logran tener los resultados que quieren con su equipo de trabajo. ¿Qué falta? Mayor formación en habilidades de liderazgo y gestión de equipos de trabajo.
Por esto, si estás pensando en tu mejor operativo para escalarlo a gerente, entonces ¡NO LO MANDES A LA GUERRA SIN FUSIL!, fórmalo con las skills de liderazgo y de gestión de equipos que requiere para cerrar ese gap y ayudarlo a asegurar los resultados que esperas de él ahora como gerente.
Porque de tu staff gerencial y de su capacidad de gestión dependerá el buen o mal funcionamiento de tu empresa, el clima laboral y la productividad. Prepáralos para ser, además de buenos gerentes, buenos líderes. Una cosa es tener una posición de liderazgo y otra es EJERCER UN BUEN LIDERAZGO.
No mandes a tus futuros gerentes a la guerra sin fusil, haz las cuentas de todo el dinero que pierdes por tener excelentes operativos en puestos gerenciales. El director de capital humano de un corporativo muy grande en este país me decía “Es que Adriana, cuando asciendo a alguien, pierdo un excelente colaborador y gano un pésimo líder”. ¡Ya no más! Prepáralos para ser líderes en toda la extensión de la palabra. A través de un programa 1 a 1 de coaching conmigo puedes dar a tu staff gerencial las herramientas que les permita lograr una mejor comunicación, mayor disciplina, un mejor clima de trabajo, mayor compromiso, un mejor manejo de su tiempo, reducción de estrés, y por ende mucho mayor productividad y retorno de inversión. ¡DA CLICK AQUÍ para agendar una sesión totalmente gratuita conmigo y contarte más al respecto!