La semana pasada te escribí sobre la comunicación efectiva, te decía que sin comunicación no hay delegación, te escribí sobre la tremenda cantidad de dinero que los empresarios pierden por no saberse comunicar y que para comunicar con efectividad requieres 1) reconocer que las personas son diferentes, 2) reconocer que cada persona tiene una perspectiva diferente a la tuya, 3) no suponer y 4) aprender a escuchar.
El día de hoy te voy a compartir el último de los tres grandes problemas que los empresarios a quienes entrevisté por ahí del 2020, mencionaron. Es un tema que fue el más reiterativo, y que, paradójicamente, es al que menos se le pone atención, pues se minimiza muchísimo (si no es que es ignorado por completo). Hablo de la FORMA DE PENSAR. Y aquí me refiero a muchas vertientes: miedos, incertidumbres, alto índice de estrés (mucho de ello derivado de la pandemia), pero también un gran choque de mentalidades (la llamada “brecha generacional») y cambios en los valores, así como a paradigmas ultra arraigados y que no nos dejan espacio al cambio.
Las y los empresarios encuestados me compartieron, dentro de este rubro, respuestas de toda índole: la actitud del colaborador, paradigmas que tienen muy arraigados, resistencia a los cambios (¡¡¡boicot a los cambios!!!), minimización de la salud mental, un altísimo índice de estrés por la enfermedad, compromiso para aceptar el home office, y un largo etcétera.
Una persona que está casada con ideas que, en cierto momento fueron útiles, pero que ahora ya quedaron obsoletas, se irá rezagando, y no me refiero con esto solamente al jefe o al empresario, también hay colaboradores e incluso quienes son la mano derecha del jefe y que desde la cabeza de la organización se encargan de boicotear lo que se está proponiendo como cambio.
¿Has intentado lavar los trastes con una fibra nueva? Ash los primeros días, ¡por Dios! La quieres aventar por la ventana y seguir usando tu fibra viejita, desgastada, que ya ni talla, pero es más manejable… sabes que, en efecto, ya no te es útil, sin embargo, la nueva se tarda en amoldarse y perder su rigidez, y mientras eso pasa, tu batallas y batallas pero logras ajustarla. Tu perdonarás la metáfora tan casera, pero es lo mismo con un nuevo sistema que estás intentando implementar en tu empresa, o con un nuevo colaborador que vino a sustituir a alguien con quien ya te habías acoplado a trabajar de manera casi casi que sincrónica. O con formas de pensar, de comunicarse y de delegar diferentes, que cuestionen y desafíen el status quo. No puedes delegar con estrategia si no te puedes comunicar efectivamente. Pero no te puedes comunicar efectivamente si tienes barreras mentales, paradigmas, miedos, etc.
Y aquí te quiero compartir la historia de una coachee: ella era muy buena en su trabajo pero tenía una inteligencia emocional muy baja, no sabía comunicarse y obviamente su equipo era un campo de batalla. Cuando empezamos a trabajar su proceso de coaching, le pregunté qué es lo que la hacía ser tan poco flexible, y hacerse odiar por propios y extraños, y me respondió “me da miedo que se me suban a las barbas”… trabajamos con ella sus creencias y paradigmas de lo que debería ser un jefe y en una de las sesiones llegó muy entusiasmada diciendo: «coach, ya no siento que me odian». Al cambiar sus puntos de vista, mejoró sus habilidades como líder y por ende, sus resultados.
Mi admiración total y profunda es para las y los empresarios, aquellos que, parafraseando a Lazcano Malo, se lanzan al vacío sin más paracaídas que sueños por cumplir, y mi misión es ayudarlos a cumplir esos sueños a través de empresas prósperas, de alto impacto para la sociedad, que activen la economía de su región, que sean fuentes de empleo seguras y consolidadas, pero a veces, simplemente hace falta cambiar esos pensamientos que antes funcionaban pero que ahora ya quedaron obsoletos. Y esa es mi labor: ayudarte a ti, empresario, empresaria, a hacer conciencia de la necesidad de los cambios. Y a llevarlos a cabo de una manera armónica, amable pero contundente. Si tu quieres identificar y modificar esos pensamientos de una manera ágil, directa pero divertida (ese es mi valor añadido), ¡charlemos! Agenda tu llamada de ayuda aquí
Adriana Alanis es coach, formadora, entrenadora y mentora de empresarios, gerentes recién ascendidos y mandos medios con más de 15 años de experiencia. Creadora de la Metodología 3L: Liderazgo de tu Vida, Liderazgo de tu Equipo y Liderazgo de tu Productividad. Autora de los libros DE JEFE A LIDER COACH y LOS TRES LIDERAZGOS DEL GERENTE EXTRAORDINARIO, creadora de la Agenda del Líder Disruptivo y del programa MUJER LIBRE Y GRAN-DIOSA. Profesora universitaria con más de 20 años de servicio y vicepresidenta COPARMEX Hidalgo, Premio Nacional a la Mujer 2020 y Galardón Forjadores de México 2021. www.adrianaalanis.com